Batman v Superman
Al día de hoy aún no sé porqué estaba tan alterado. Yo permanecía impávido ante sus argumentos acalorados. No había razón para reaccionar así por una película.
—¡Batman versus Superman es una senda…! —no terminaré la expresión por respeto al lector.
Mi conclusión resultaba diferente, para mí era una obra maestra. El problema residía en que Marvel nos había acostumbrado a películas llenas de adrenalina, acción y comedia, que si acaso abordaba algún tema serio lo hacía con ligereza. Así no era el universo de DC que estaba naciendo y al cual le cortaron las alas muy pronto. Las razones… eso es un tema para otro blog. Este universo se adentraba en temas serios y existenciales usando superhéroes como excusa para contar una historia.
¿Te ha pasado? ¿Das tu opinión acerca de algo y por alguna razón los ataques se alzan sobre ti como humareda de Hiroshima? ¿Dónde quedó la tolerancia?
No debe sorprendernos.
Aunque lo que acabo de contar se trataba de opiniones distintas y es algo subjetivo, hasta trivial, como cristianos debemos acostumbrarnos a eso. Si el mundo está demasiado de acuerdo con nosotros deberíamos reconsiderar si somos seguidores de Cristo realmente. Un mundo de pecado no juega a las cartas con la santidad de Dios. Y no, no es que nos creamos superiores, al contrario. Reconocemos nuestra debilidad y fragilidad. Sabemos que sin la ayuda constante del Espíritu Santo no podemos caminar. El pecado nos alcanzó, pero la sangre de Cristo nos limpió; y ahora dependemos de su justicia para presentarnos diariamente ante Dios.
La cruda verdad es que este mundo va rumbo un precipicio del que nunca se va a poder recuperar y, en medio de eso, Cristo se alza como sacrificio sustitutivo. Él es el arca que nos permite navegar sobre las aguas tormentosas de esta vida, siempre y cuando nos mantengamos dentro. Esta verdad levanta pasiones y no son a nuestro favor. El mismo Jesús dijo que “…el que los rechaza a ustedes a mí me rechaza. Y el que me rechaza a mí rechaza a a Dios, quien me envió.” (Lucas 10:16)
Aún no entiendo cuál es nuestro afán por ser aceptados en el mundo. Bajo la excusa de ser relevantes nos econtramos cediendo cada día para luego cuestionar por qué el enemigo a ganado tanto terreno. No digo esto desde la perfección, sino desde un lugar de arrepentimiento, pues en ocasiones he tambaleado en la defensa de la fe. Ya sea por temor o por pereza, he decidido callar cuando debí hablar. No para demostrar la magnitud o la carencia de mi conocimiento, sino porque la claridad o confusión de alguien más está en juego. No me interesa ganar argumentos en este tema, (en materia de películas es otra cosa) prefiero ganar almas, y para hacerlo debemos reflejar a Cristo. Sin embargo, no podemos reflejar a Jesús cuando nos ponemos los harapos del mundo. (Y no estoy hablando de ropas materiales)
Eso costará en ocasiones discusiones acaloradas, oro para que nosotros no seamos lo que perdamos los estribos (1 Pedro 3:15-16), pero callar no es una opción. Puedo dejar en su error al que piense que Batman v Superman es una mala película, por otro lado, callar la verdad de Cristo puede costarle a alguien su eternidad.
¡Que el Señor nos de las fuerzas, la valentía y la sabiduría para hablarle a otros las maravillosas noticias de salvación que hay en Cristo Jesús!
Muy ciertas tus palabras. ¡Dios nos ayude!🙏🏼
ResponderEliminarAmado maestro, gracias por la reflexión ya que nos ayuda a reorganizar los pensamientos para entender la verdadera Gean Comisión. Nos es una opinión lo que hablamos sino la palabra del Señor. Por tal razón el educarnos es importante pero la guianza y entendimiento proviene del Espíritu Santo. Ante el rechazo de algunos es meramente parte de ser seguidor de Cristo. Así que nada es personal. Solo que rechazan a Quien también nos envió. Un abrazo y bendiciones 🧠📚👋☕️
ResponderEliminar